miércoles, 24 de junio de 2009

PENSAMIENTOS ELECTORALES 01

Yo en diciembre de 2001, salí a la calle a gritar: “Que se vayan todos!!!”. Agarré mi cámara de fotos para documentar lo que estaba pasando. Siete años y medio después, tengo que votar como mis representantes, a esos mismos a los que grité. Al final, nunca se fueron. Aparecieron nuevos políticos, pero ya ocupaban sillones de poder antes de 2001. Sus empresas convivieron, negociaron y se beneficiaron con todos los gobiernos responsables de las crisis argentinas. El “Que se vayan todos!!!” también los incluía a ellos, a los bancos y a los medios de comunicación. Estos tampoco se fueron.
Yo viví aquellos días de movilización espontánea con la alegría de ser parte de la voluntad del pueblo.
Esa alegría se desvaneció cuando entendí que sólo estaba representado a una parte del pueblo. La parte que se sintió afectada. Una pequeña parte al lado de la mayoría que no protestó. Esa mayoría dañada desde mucho tiempo antes, y que no tiene herramientas, ni energía para manifestarse. A esa mayoría le teme gran parte de quienes salieron a la calle esa noche del 19 de diciembre. Le temen porque sus necesidades son más urgentes y lo eran mientras ellos disfrutaban de los noventa. Ese miedo es el mismo que los encerró en barrios privados, ni bien llegó la estabilidad. El mismo que prioriza la promesa de seguridad por sobre las soluciones. Es triste, pero parece que el único sentimiento que perdura de aquellos auto-convocados, es el egoísmo.

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